Rubalcaba y las putas

Rubalcaba acaba de decir sobre la prostitución que "Es un oficio que tiene un elemento de degradación inevitable, que casi debería ser prohibido". Dada la catadura moral de este elemento no es de extrañar el comentario pero, debido también al escaso entendimiento del ciudadano medio, tan susceptible a ser engañado por estas demagogias baratas, me siento forzado a hacer algunos comentarios.
Dice este señor, que era el portavoz del gobierno con el GAL, que "casi" debería ser prohibida. Extraño. ¿Eso significa que a los "casi" infractores "casi" los meterían en la carcel?. Que manera de "casi" mojarse. También negó que el gobierno vaya a prohibirla. Eso está claro; todos sabemos (o si no deberíamos) que estas manifestaciones polémicas, como tantas otras, no son más que distracciones con el objetivo de dividir al pueblo y de paso evitar que pensemos en otras cosas como la trayectoria descendente del país hacia los abismos.
Por otro lado, nuestro ministro lamentó que, para justificar la prostitución, algunas mujeres recurran al argumento de que "cada uno hace con su cuerpo lo que quiere". Esto tampoco deja de ser curioso ya que es exactamente el mismo argumento empleado por el gobierno para defender el hecho de que una menor pueda abortar sin siquiera informar a sus padres.
Estos sinsentidos ponen de manifiesto el hecho de que en el fondo, no es más que propaganda pro PSOE que se quedará en agua de borrajas, ya que no se pueden arriesgar a que todos los consumidores de prostitución de este país, que son muchos, les retiren el voto. Estas políticas impulsadas por el gobierno de Rodríguez y encaminadas a producir la división de la sociedad con el único fin de recoger votos, no son, lamentablemente, nada nuevo.
La razón básica argüida en la reprobación de la prostitución ha sido que la considera degradante para la mujer. No digo ni que sí ni que no, pero hay otras cosas igual de degradantes para los ciudadanos españoles que nuestro gobierno consiente todos los días, como el hecho de no poder elegir el idioma en el que se va a educar tu hijo en Cataluña aunque este idioma sea el nacional -independientemente de lo que diga la constitución-, o tener que permitir que un empleado llame "hijo de puta" a su jefe y no poder despedirle (porque, como ya sabemos, los empresarios son todos unos caciques multimillonarios que no hacen otra cosa que no sea disfrutar explotando a los trabajadores) y tantas otras cosas que exceden el tema de este artículo. A mi parecer, no debemos dejar de tener en cuenta que el oficio más degradante de todos es el de político.

Hasta aquí mis reflexiones sobre los comentarios de Rubalcaba que no son nada más que propaganda y distracción. A nivel personal, creo que el oficio más antiguo (y más inevitable) del mundo debe ser respetado como cualquier otro siempre que no haya en él ningún sustrato delictivo. Creo que una prostitución legal con sus locales y su regulación evítaría muchos de los problemas que actualmente conlleva esta profesión. En la prostitución legal habría mucho más control, seguridad, higiene y bienestar tanto para las prostitutas (o prostitutos) como para los clientes. Si se legisla adecuadamente se evitarían en gran medida las extorsiones y las mafias que hoy en día, con el beneplácito de muchos ayuntamientos y policías locales, podemos asociar a este sector.
Por otro lado, los trabajadores del sector de la prostitución legalizada pagarían impuestos, cotizarían en la seguridad social y contribuirían al descenso del paro. Hay cosas que son inevitables y mirar hacia otro lado no va a ayudar a avanzar en la resolución del problema. Se supone que un gobierno socialista debería mirar bajo ese prisma pero ¿es socialista este gobierno?.

Una última reflexión para terminar: los actores porno cobran por mantener relaciones sexuales en una grabación que será rentabilizada a un nivel mucho mayor que la prostitución. ¿También se va a "casi" ilegalizar el porno?.

La porquería de doblaje de Gran Torino

Este tema me toca bastante en lo personal por dos motivos. El primero de ellos es que Clint Eastwood me parece, sin ir más lejos, el mejor director de su época. Sigo sus trabajos desde el principio y los defiendo también desde el principio, no como la mayoría, que tanto lo criticaban mientras hacía espagueti westerns o Harry El Sucio y después no han hecho más que babear alabanzas a partir de Sin perdón. Pero eso será más bien tema para otro artículo.
El otro motivo es que conozco muy de cerca el mundo del doblaje en España. Soy un defensor a ultranza de las películas dobladas, si están bien dobladas, ya que un buen doblaje puede incluso ensalzar la calidad de una película. Aunque esto también puede ser motivo para otro artículo posterior.

Lamentablemente, este no es uno de esos casos en los que el doblaje es para bien. Al contrario; te destroza la película. Los culpables los tenéis aquí. Obviamente se salvan algunos que sí que son profesionales. Pero el resto, como los que doblan a los pandilleros asiáticos y a los sudamericanos, no lo son.

Podemos buscar culpables, empezando por los propios dobladores que, negándose a admitir que desempeñarían mejor cualquier otra profesion (pero no peor), se empeñan en deleitarnos con sus patéticas actuaciones, tanto a nivel técnico (hay frases -takes- cláramente fuera de boca) como interpretativo (no son actores, sino impostores). Pero no hay que olvidar el egocentrismo humano e ingenuamente pretender que alguien, por sí solo, no va a intentar hacer algo que claramente hace mal, si cabe la más mínima posibilidad de que algún otro admire su trabajo. A este tipo de personas les digo: Solo admirará tu trabajo alguien tan ignorante como tú.
Así que, ya que no podemos culpabilizar a los propios dobladores, tendremos que subir un peldaño en la jerarquía y responsabilizar al director. A él le digo: Tío, si tú has permitido esas ridículas y enervantes interpretaciones con esos flagrantes fallos de tempo, tu eres tan profesional como el camarero que te has traído a doblar a tu sala. Si tienes que quedarte hasta las 2:00 am trabajando para que el resultado sea más decente, pues te quedas, que para eso eres el último responsable. Además, tenías que cargarte una de Clint Eastwood... tiene narices.
Por cierto que lo de camarero lo digo como ejemplo de una profesión que no tiene nada que ver con el doblaje. Lo aclaro antes de que algún listillo políticamente correcto se me eche al cuello y le tenga que explicar lo obvio.
En cualquier caso, y para tranquilidad del director de doblaje (es un eufemismo) diré que hay otro responsable de que la película se emita en tan lamentables condiciones: La distribuidora. Esa empresa a la que todo le da igual con tal de que salga barato y para la que el concepto de calidad es una absoluta utopía. En este caso es Warner Bros España (mándales un email a customerservice@wb.com y explícales que te pueden perder como cliente si no cuidan la calidad de sus productos), pero las críticas son extensibles a la mayoría. La distribuidora es la que da dinero al estudio de un amigo para que se encarge de que la película se doble. El estudio llama a un colega que dice que es director de doblaje y que a su vez llama a otros colegas que dicen que son actores de doblaje. Todos mienten. Todos camareros.
Y ahora, lamentándolo mucho, he de decir que aún hay un culpable más en la cadena y se cree el más inocente de todos. Eres tú. Sí, tú, estúpido y ayuno espectador. Tú que, gracias a tu dinero, permites que esto suceda sin montar en cólera. ¿Y sabes por qué?, porque eres un ignorante que no sabe lo que consume. Tu eres culpable de todos los David Bisbales de este planeta. Tú, que con tu falta de criterio das vía libre a las grandes compañías para que te ofrezcan cualquier producto falto de toda calidad porque saben que, como idiota que eres, lo vas a consumir ávidamente.
Lo siento. Sé que es duro escucharlo, pero es la cruda verdad.
Pero tiene solución. Todos somos o hemos sido ignorantes en algo. Se puede cambiar. Se puede hacer un pequeño esfuerzo por informarnos sobre los productos que consumimos, por saber más sobre las cosas que críticamos, por conocer más aquello sobre lo que damos nuestra opinión. La cultura del "todo vale y mi opinión cuenta como la tuya, a pesar de que yo no sé de qué estoy hablando" es uno de los mayores males de nuestro planeta.

Arreglémoslo.

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Declaración de intenciones

Inicio este blog con ilusión y recelo a la vez. Ilusión porque me servirá de desahogo ante situaciones y acontecimientos que veo y vivo casi todos los días y ante los que ya no puedo quedar impasible. Recelo porque, viendo cómo están las cosas en este mundo que vivimos, dudo que algo más que unos pocos sepan ver más allá de la superficie de mis palabras.

Me considero apolítico y aconfesional. Incluso anti-demócrata, pero acepto la democracia como el menos malo de los sistemas que han existido y que existen (dejo una ventana abierta al futuro). Soy defensor a ultranza de la ética humana como valor supremo en nuestra sociedad y como algo en lo que las cosas, aunque distan mucho de ser solamente blancas o negras, generalmente están bastante claras.

Desde luego soy políticamente incorrecto y probablemente a muchos no les gustará lo que lean aquí. Para todos ellos, y parafraseando aquella pegatina en el Use your illusion de Guns N' Roses que decía algo así como "Este álbum contiene lenguaje que algunos oyentes pueden encontrar censurable. Se pueden ir a la mierda y comprar algo de la sección de New Age", les digo que si no les gusta lo que leen, simplemente no lo lean.